«Necesitamos soluciones urbanísticas que consideren el cambio climático y las oportunidades de las finanzas sostenibles», Isabel Giménez, Directora General de la FEBF

Entrevistamos a Isabel Giménez, Directora General de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros (FEBF) para conocer cómo la DANA ha afectado a la economía valenciana, cuál es la situación del pequeño comercio y qué influencia puede tener en futuras inversiones en la región.
Pregunta: ¿Cómo ha afectado la DANA a la economía valenciana en términos macroeconómicos?
Respuesta:Para entender la magnitud de este desastre hay que determinar en cifras su impacto.
En primer lugar, el Producto Interior Bruto (PIB) de la Comunidad Valenciana es de 139.420 millones de euros, esto representa el 9,3 % de España. Mientras que, la zona afectada por la DANA representa el 29,7 % del PIB de la región y la zona 0 tiene un peso del 8 % sobre el porcentaje anterior.
Aunque la región cerró 2024 con un crecimiento del PIB del 3 % esta cifra es ligeramente inferior a la que se había estimado previamente a la catástrofe. A pesar de que el efecto es muy grave en el trimestre en el que sucede la catástrofe natural, luego la recuperación es muy rápida.
P: ¿Existen estimaciones de las pérdidas económicas causadas por el temporal?
R: Si queremos que no vuelva a suceder una desgracia de estas proporciones, lo primero es analizar y evaluar la mejora de infraestructuras que deben adaptarse a los cambios económicos, demográficos y climáticos de las últimas décadas. Según los expertos, esta adaptación requeriría 63.500 millones de euros, y su periodo de maduración es largo, así que debe empezarse cuanto antes.
En un estudio realizado por Rafael Domenech (BBVA) se mostraba que harían falta al menos 10.700 millones de euros para recuperar el stock de capital perdido.
Conocer estos datos es esencial, así que me gustaría felicitar a las organizaciones empresariales como la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), Cámara Valencia, Confederación Valenciana del Pequeño Comercio o FEMEVAL, así como a entidades financieras como BBVA por haber hecho públicos informes en los que hay una primera valoración de estos daños.
P: ¿Qué sectores han sido más golpeados y cómo ha afectado al empleo?
R: La tasa de paro del primer trimestre de 2025 se situó en el 12,7 % y, tras lo sucedido, se pusieron en marcha 3.230 ERTES, afectando a 33.190 trabajadores y 2.876 empresas; y 65 ERES, con impacto en 374 trabajadores.
Por otra parte, los principales sectores afectados han sido servicios (79,3 %), construcción (12,3 %) e industria (7,9 %), ya que la DANA afectó al gran centro logístico de Ribarroja, que no solo es un punto estratégico en la Comunidad Valenciana, sino en toda España.
Asimismo, un total de 63 áreas industriales (38,9% de las situadas en la Comunidad Valenciana), 63.182 empresas (35,6% de la provincia) y 66.862 locales (32,7%) sufrieron las consecuencias de la catástrofe, según un estudio publicado por la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV).
Además, el sector agroalimentario es el que presenta un mayor grado de impacto directo sobre su actividad, alcanzando en algunos casos una pérdida de la producción del 100%. Según la valoración provisional que hizo el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación un total de 49.000 productores y 70.000 hectáreas se vieron dañadas por el temporal. En total, se estima que el daño total repercutido al tejido productivo valenciano asciende a los 13.705 M€.
P: ¿Cómo han afectado los daños en infraestructuras a la actividad económica?
R: La DANA provocó una grave disrupción infraestructural, paralizando temporalmente comunicaciones vitales. Estas interrupciones tuvieron un impacto económico inmediato: por ejemplo, el Puerto de València –nodo logístico clave– sufrió un desplome de casi la mitad de su tráfico exportador en los días posteriores a la catástrofe, y cientos de camiones quedaron bloqueados.
Asimismo, infraestructuras básicas como alcantarillado, suministro eléctrico y telecomunicaciones experimentaron averías en zonas inundadas, complicando aún más la reactivación de negocios. En conjunto, los daños en infraestructuras multiplicaron las pérdidas económicas al frenar la actividad de empresas que, aún no inundadas directamente, quedaron incomunicadas o sin servicios básicos durante días.
P: Conociendo estos datos, ¿cuál es la situación de las pymes?
R: De las empresas afectadas mencionadas anteriormente, el 99,6% son pymes, un dato que pone de manifiesto (aún más si cabe) el reto que va a suponer para el tejido empresarial valenciano recuperarse de un acontecimiento de tal magnitud.
Más del 25% de los pequeños comercios no volverán a subir la persiana. Hay que tener en cuenta, que los daños de la DANA han acentuado la crisis previa que sufrían los comercios debido a la pandemia, la venta online…
Muchos de estos comercios sobrevivían con pocas ganancias, es más, muchos no tenían ni personas en plantilla porque no podían permitírselo ya que tenían una cuenta de resultados muy tensionada.
Así que, si a esto le sumamos que el local en el que ejercían su actividad ha quedado arrasado y que algunos están cercanos a la jubilación, es prácticamente imposible abrir, a pesar de las ayudas.
P: Hablando de las ayudas, ¿cómo valoran las empresas los fondos públicos anunciados para la reconstrucción?
R: Si hablamos del volúmen de ayudas públicas, el estado español ha anunciado 16.600 millones euros pero, solo se ha ejecutado un 7 % de esta cifra (1162 millones de euros), mientras que la Comunidad Valenciana anunció 1324 millones de euros y solo ejecutó un 15,86 % (210 millones de euros).
En cuanto a las reflexiones de estas ayudas públicas, el acceso, cumplimentación, burocracia y formato deberían tener mayor agilidad a la hora de conceder los fondos. En este aspecto se ha visto una comparativa entre las ayudas públicas y privadas, el mecenazgo privado protagonizado por Juan Roig o Amancio Ortega ha destacado por su rapidez y eficacia. Sin embargo, también hay que ayudar a medio y largo plazo.
Si nos vamos al Fondo de Desastres Naturales de la Política Agrícola Comunitaria (PAC), estaríamos hablando de ayudas de apenas 154,9 millones euros (porque ya se gastaron 295,1 millones euros), frente a los 1.086 millones de euros que necesitamos, y todo ello sin tener en cuenta las ayudas de la PAC que no se cobrarán por dejar de cumplir los compromisos del cuarto trimestre. En este ámbito, parece necesario pactar la creación de un Fondo de Crisis Climáticas que si finalmente se consiguiera, tendría operatividad en el periodo presupuestario 2027-34.
P: Desde la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros, ¿cómo habéis ayudado a los afectados por la DANA?
R: La FEBF s se ha comprometido con los afectados desde el primer día. Hemos realizado diversos Faptechs y Webinars junto a entidades como RSM y Broseta con el objetivo de proporcionar visibilidad a las ayudas ofrecidas para las empresas.
Además, el pasado 3 de marzo organizamos una Jornada Solidaria para explicar opciones de financiación y urbanismo sostenibles, en colaboración con el Ayuntamiento de Valencia, el Ayuntamiento de Aldaia, empresas y entidades bancarias, donde reunimos a expertos de financiación y urbanismo para escuchar testimonios de poblaciones afectadas por la DANA, aportar ideas y reflexionar sobre la recuperación.
En dicha jornada se mostro como era necesario adoptar soluciones urbanísticas integrales, que consideren los efectos del cambio climático y las oportunidades de las finanzas sostenibles.
P: Finalmente, ¿podría la DANA afectar la atracción de inversiones a la región?
R: El diagnóstico es optimista, porque los efectos de la DANA se diluyen; más de la mitad de la superficie europea está afectada por el cambio climático, y las decisiones de inversión son de largo plazo. Ahora mismo se puede decir que la Comunidad Valenciana es un gran polo de atracción de conocimiento, con un número récord de empresas tecnológicas y centros de datos. Esta misma semana, sin ir más lejos, IBM ha decidido instalar su centro de I+D en Europa en Valencia. Esto es una excelente noticia para el talento y el futuro de nuestra Comunidad.
Sin olvidarnos de atender y cuidar primero a los afectados, Valencia tiene ahora el deber de restablecer y reforzar la confianza ante la comunidad inversora. Si la inversión pública prometida se materializa y se mitigan los riesgos futuros, la ciudad de Valencia siempre será un lugar más que atractivo en el largo plazo para cualquier inversor. Además, si algo ha quedado claro tras esta catástrofe, es que la resiliencia y empatía del capital humano valenciano es lo que nos hace únicos.
Por último, hay elementos que reafirman el atractivo de Valencia para las multinacionales, como la situación geoestratégica, con el puerto de Valencia como gran nudo logístico; las universidades de la región, la plaza financiera valenciana, la red de transportes, el clima y el pool de talento, entre otros.
Gracias por apostar por dar información e invitados de calidad sin sesgo. Un buen trabajo que se nota en los detalles.
Muy buen artículo con datos muy específicos. Gracias por aportar tanta información.